9 oct 2010

Análisis: Fable 2


Dos pequeños hermanos viven en un reino de fantasía llamado Albion, pero ellos no tienen la posibilidad de disfrutarlo; son huérfanos y viven en la calle, con una cruel vista hacia el castillo mas grande del reino. Un día, a la ciudad llega un comerciante embustero, que cree vender solo basura con nombre de joyas, pero una mujer les dice a los niños que compren una caja musical, y sus deseos se cumplirán. Así comienza una de las travesías más grandes del último tiempo; con aventura, misterios, amores, traiciones y todo lo que cualquier pelicula hollywoodense querría.


En cuanto a gráficas y el apartado técnico, Fable 2 no destaca, pero es compensado con creces por una historia tan atrapante que es difícil dejar de jugarlo, con una cantidad de decisiones ilimitadas y que repercuten en cada aspecto de la trama y, obviamente, en el "final". Aunque es un juego sin fin, ya que las aventura te esperan hasta debajo de las piedras. Elecciones sin retorno, batallas que parecen no tener salida, y un futuro forjado por tu propio destino; todo eso te espera en Fable 2.

En cuanto a gráficas, es relativamente bueno, no es lo mejor del 2008, pero salva. Al ser un videojuego con tematica medieval, las armas de fuego no poseen un gran poder, sólo sirven para atacar a los enemigos inalcanzables, o para alcanzar los orbes de acceso (cuando lo juegen van a entender) y otro detalle, mejor dicho detallote, es que, el personaje puede usar magia y uno tiene una gran sellección para poder mejorar tu poder, pero no es nescesario mejorar más de uno, ya que no se pueden combinar; además el sistema de cambio de poderes es engorroso, uno puede estar cambiando de poder y sin darse cuenta, morir; mi punto es que puedes mejorar el poder Pyro y no nescesitar ninguno más en todo el juego.

En conclusión, Fable 2 destaca por una historia notable, con giros y un final épico totalmente en tus manos, personalización casi total en base a tus decisiones y un sistema de combate mejorable; es un juego recomendable y una compra casi obligada.

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